En la trastienda del reducido local que desde hace casi 140 años ha cobijado la vida de la relojería más antigua de la ciudad, frente a la cual han circulado carruajes de caballos, volcado el torso sobre una mesita repleta de cajetines llenos de recambios, a la luz de un flexo, con la lupa prendida de las gafas. Manejando pinzas, lima, mandril, destornillador, engrasador, navaja, banquillos y compás de volantes, las horas se detienen mientras nosotros, los Mendoza, ponemos a punto las máquinas del tiempo de los Alaveses.
Los románticos del reloj de cuerda, del montado a mano, de la maquinaria tradicional y del diseño depurado, saben que en la centenaria tienda de la calle San Francisco esquina de la pintorería, de Vitoria-Gasteiz, sus preciadas pertenencias serán tratadas con la delicadeza y sabiduría de quienes disfrutan de su profesión y la entienden como algo más que una rudimentaria compraventa. |
Atesoramos la confianza inherente a un comercio clásico, de los de toda la vida. Así lo atestiguan las familias que a lo largo de los años han depositado su confianza y sus relojes en nosotros. Por supuesto esta experiencia implica una necesaria adaptación a los nuevos tiempos. Así, en nuestro establecimiento ofrecemos además de relojes mecánicos y electrónicos, joyas de diseño clásico y joyería de autor.
Javier Glz. de Mendoza, pertenece a la cuarta generación de relojeros que pone sus conocimientos a disposición de los habitantes de Vitoria-Gasteiz y de cualquiera que quiera acercarse al número uno de la calle San Francisco de la ciudad. |